El Complejo Educativo “Monseñor Carlos Macagno” integrado por el Jardín de Infantes Jesús Sacramentado, la Escuela Primaria y Escuela Técnica Mons. Carlos Macagno, promulga este Ideario como “Carta de Identidad” para toda la Comunidad Educativa. Es el conjunto de principios llamados a orientar el proyecto educativo institucional de nuestras escuelas y el quehacer educativo. Se encuadra en la historia de la Parroquia Jesús Sacramentado con su tarea evangelizadora en el Barrio María Selva y es referente para elaborar proyectos, establecer prioridades, fijar metas y determinar los medios necesarios para lograrlos.
Educativo
¿A quién educamos?
El hombre querido y amado por Dios ha sido creado a su imagen y semejanza. Como ser personal, es un sujeto autónomo dotado de una unidad completa, siempre es un fin, no un medio, es alguien no algo. Su naturaleza se manifiesta en la inteligencia (capacidad de conocer), afectividad (capacidad exclusivamente humana) y voluntad dotada de libre albedrío (capacidad de elegir) siendo esta última lo que posibilita el espacio de la libertad, es decir, la efectiva elección del Bien. Es un ser en relación, con apertura a los otros, en dialogo y comunión con ellos. Es fundamental el respeto de su dignidad y derechos. Emerge por encima de todo condicionamiento hacia la esfera del “espíritu” que lo distingue del resto de los seres de la naturaleza.
¿Cómo y para qué educamos?
El proyecto educativo se define en su referencia explícita al Evangelio de Jesucristo, una educación integral se entiende como el proceso continuo, permanente y participativo que busca desarrollar armónica y coherentemente todas y cada una de las dimensiones humanas: social y cultural, corporal, psicológica, afectiva, estética y religiosa.
La escuela debe formar verdaderos equipos que sean comunidades de trabajo porque en común unión y participación en la gestión se logran los objetivos. Debe ser lugar de encuentro, de respeto por la persona del otro en tanto imagen de Dios y esto incluye a toda la comunidad educativa.
La gran tarea educativa, el para qué de la misión es conducir al hombre a la plenitud. Se debe educar desde la realidad propia del hombre (dotado de inteligencia, afectividad y voluntad), promoviendo en los alumnos la síntesis entre Fe y Cultura.
¿Dónde educamos?
La escuela como comunidad evangelizada y evangelizadora, fiel al mandato de la Iglesia, ha de:
- Reconocer el derecho originario, primario e inalienable de los padres de la educación de sus hijos.
- Ser abierta a todos, respetuosa de la singular identidad de cada uno y preocupada por su acción educativa.
- Buscar la calidad educativa como un desafío continuo y lograr un nivel académico que asegure los contenidos curriculares que presente una perspectiva educativa, humana y cristiana procurando el compromiso en el trabajo escolar y el respeto para todos.
- Organizar y aprovechar al máximo los tiempos y espacios de escolaridad, diversificando estrategias que lleven a un aprendizaje significativo para los alumnos.
- Ser una comunidad educativa que preste sus servicios no solo a las familias sino a la sociedad
- No excluir por motivos culturales, raciales o religiosos ni por capacidades.
- Constituirse en una comunidad donde Jesucristo es propuesto a la libertad de las personas como el Centro desde donde surge todo el accionar.
¿Cuál es nuestro estilo educacional?
Bajo el amparo de Jesús Sacramentado, fuente inagotable del Amor del Padre y en unión con el Espíritu Santo, buscamos desde el ámbito escolar cooperar en la formación de auténticos cristianos, fomentar la caridad, la solidaridad y todos los valores que lleven a los niños, niñas y adolescentes a su crecimiento personal y espiritual. En esta tarea contamos con el apoyo de las familias, quienes, al elegir esta Comunidad Educativa Católica para sus hijos, reconocen el carisma que nos impulsa y la responsabilidad que tienen como primeros y principales educadores.
Nos mueve la Fe en el Señor que estará siempre en esta tarea educadora y la esperanza de construir un mundo más justo y digno para todos.